ARTÍCULO DE USUARIO: Apuestas sexuales para obtener castigos, recompensas y más juegos de mesa inten

ARTÍCULO DE USUARIO: Apuestas sexuales para obtener castigos, recompensas y más juegos de mesa inten

de Noticias Recon

15 marzo 2022

Por lefaun

Llamadme rarito, pero si me preguntaseis si prefiero follar o un juego de mesa, me costaría responder. ¿Es una mamada mejor que el Catan? ¡Odio tomar decisiones difíciles! Prefiero combinar las dos cosas en una sola actividad; apostémonos los términos de la sesión según el resultado del juego.

Mi primera experiencia combinando morbo y juegos tuvo lugar poco después de mi 21.er cumpleaños. La noche empezó con un grupo de hombres vestidos de cuero y yo jugando a una versión en plan desnudándonos de Cards Against Humanity. Esa noche estábamos matando el tiempo, antes de salir ya que me iban a llevar a los bares de cuero de Chicago. Era novato en el rollo del fetichismo, aunque me había fascinado el BDSM desde que iba a secundaria, cuando descubrí que nuestra edición de la Enciclopedia Britannica contenía una multitud de entradas sobre temas como los latigazos, el potro para follar y la sodomía. (La narración de los artículos era un poco insulsa, pero no es que puedas alquilar Casino Royale un número ilimitado de veces sin que tus padres sospechen. Y como compartíamos el mismo ordenador en esa época, yo estaba paranoico con dejar alguna pista en la historia del navegador).

Las reglas de un Cartas contra la humanidad (Cards Against Humanity) normal son simples. Un jugador hace de juez, enseña una carta, que da una pista. Todo el mundo coge una carta de su mano que haga referencia a esa pista de forma graciosa, obscena o sorprendente. El juez escoge su favorito, y esa persona gana un punto. Nuestro cambio alucinante fue que además de coger la mejor carta, el juez también elegiría la peor carta, cuyo poseedor tendría que quitarse una prenda. Con el corazón latiendo fuerte, mi ingenio estaba ralentizado y cuando los otros estaban medio desnudos, yo ya estaba completamente en bolas. Como ya no podía quitarme nada más después de perder otra ronda, uno de los participantes dijo medio en broma, ''bueno, lo que podemos hacer es mearle".

Se me congeló todo el cuerpo. No sabía cómo responder. Estaba en esa fase de exploración en la que quería experimentar con los meos, pero no me sentía listo para decírselo a nadie. Al final, se me ocurrió una solución. Con voz vacilante dije, "bueno, si pensáis que ese sería un castigo apropiado, lo acepto ". Alzó las cejas. "¿Quieres que te meemos?" había algo muy seductor en la forma en la que lo preguntó. Estaba a la vez verificándolo y retándome.

"Lo que digo es que, si queréis hacerlo, y si pensáis que es un castigo correcto por perder otra ronda, tenéis mi permiso". No era capaz de decir que sí. Necesitaba que él tomase la decisión por mí, y esperaba que tomase la decisión correcta. Me observó un momento antes de proclamar, "sí, lo quiere". Los otros hombres que estaban vestidos de cuero dejaron sus cartas sobre la mesa, con ganas de corromper a un novato.

Como ya estaba desnudo, me llevaron a la ducha, donde cuatro tíos empezaron a mearme. Me mojaron el pelo, me escurría por la cara y por todo el cuerpo. Acabé completamente calado. "¿Te gusta, chico?" me preguntó el instigador de todo esto. Era una pregunta retórica. La respuesta era obvia viendo mi expresión, y a diferencia de lo que me había pasado antes, en esta ocasión respondí '' ¡Sí SEÑOR!". "Abre la boca" "pruébalo", me mandó. Y de esta forma tuvo lugar mi gloriosa introducción a los meos con dos tragos de meos calientes. Me duché luego, y cuando terminé, dimos por concluido el juego. Estábamos listos para ir a los bares. Sin embargo, yo ya había experimentado el clímax de esa noche.

El hecho de explorar los meos como la ''consecuencia'' de haber perdido hizo que no tuviese que pasar vergüenza por admitir mi deseo oscuro en alto. Simplemente tuve que dar mi consentimiento para que pasase. Además, el aspecto punitivo redujo la presión para disfrutar de la actividad en sí. Si al final no me gustaba la experiencia, bueno, pues eso es lo que te pasa si pierdes. Aunque ahora tengo mucha menos vergüenza por mis deseos sexuales, mi interés en el fetichismo como consecuencia de algo ha ido cada vez a más.

La castidad es el mejor ejemplo para describir la atracción de las apuestas sexuales. Hay gente que adora la castidad. Otros, como yo, adoramos odiar la castidad. Es raro que acceda a los juegos de castidad simplemente porque un Amo me diga que lo haga. Pero si nos apostamos un mes con la polla encerrada por haber perdido al ajedrez, ¡me subo de un salto en el próximo bus después de haber cogido el tablero, el reloj y la jaula para la polla! Esta es la diferencia:
Me atrae más la idea de la castidad que el hecho de practicarla. Al amenazarme con la jaula, me dejo llevar por la fantasía seductora de perder acceso a la parte más íntima de mí anatomía.

En otras palabras, las apuestas crean la posibilidad de convertirse en realidad sin garantizar que eso sea lo que va a pasar. La fantasía se balancea en el borde de la realidad, donde la emoción que hace latir fuerte el corazón se siente con la mayor intensidad. Esto envuelve todos y cada uno de los movimientos dentro del juego con el potencial erótico de lo que puede que suceda. Esas ganas de ver qué es lo que va a suceder solo se pasarán después del jaque mate. Luego comienza el dolor y el placer de la fantasía que se convierte en realidad …

Esa es la esencia de lo que me atrae hacia las apuestas, que pueden ser castigos por perder o recompensas por ganar. Son perfectas para traspasar límites, para probar nuevas experiencias, para hacer realidad los intereses sexuales de un compañero de juegos y para determinar la dinámica de quién da y quién recibe. ¡También hacen que los juegos de mesa y los partidos deportivos se conviertan en algo mucho más intenso! He indicado abajo algunas de las actividades y dinámicas de relación que pueden verse más beneficiadas gracias a las apuestas.


Juegos de impacto: las apuestas de dolor pueden ser la fantasía del castigo de un masoca o la recompensa perfecta de un sádico para administrar un dolor no deseado. Para aquellos que no son de naturaleza sádica, una apuesta puede reclasificar a una persona de modo que sea responsable con sus compromisos, haciendo de esa forma que sea más fácil infringir dolor.

Actividades con una duración determinada: Una cierta cantidad de tiempo en castidad, bondage de estrés, desnudo en medio de la nieve, privado de sentidos/estímulos, etc. Si estas actividades son deseadas por el perdedor en cierta medida, puede que sea necesario definir la duración que (de forma segura) superará el límite del disfrute.

Control y servicio: usar al perdedor o incorporar elementos de una dinámica Amo/esclavo como las tareas de la casa, llevar collar de esclavo, follar la boca y dar masajes. Esto va especialmente bien a las parejas que estén interesadas en probar nuevas dinámicas en su relación y para la gente cuyos niveles de dominación sean más o menos equivalentes.

Humillación y novatadas: lavar la boca con jabón, cubrir a alguien con basura en estado de putrefacción, afeitar las cejas, meterle la cabeza a alguien en un váter, etc. Los abusones no piden permiso, y muchas cosas no son tan humillantes como que aquel que es degradado le pida a alguien que se lo haga. Las apuestas pueden dar un pre-consentimiento que le deje al receptor rebelarse contra esa injusticia sin tener que cortar el rollo.

Más allá de la infinidad de actividades que se pueden usar para hacer una apuesta, la estructura de la apuesta en sí misma puede definirse de diferentes formas.

Apuestas igualitarias: las partes implicadas se enfrentan a la misma consecuencia, como por ejemplo, el que gane en una lucha de brazos le folla el otro o se folla al otro.

Apuestas equivalentes: las partes implicadas se enfrentan a circunstancias diferentes de magnitud equivalente. Recibir treinta azotes de alguien que no sea masoquista puede ser el equivalente a dar cinco minutos de veneración a los pies de alguien al que no le pongan los pies.

Apuestas en las que gana solo uno: en vez de que haya dos partes enfrentándose a un castigo/recompensa, solo una de las partes es la que obtendrá ese resultado. Perder implica sufrir un castigo mientras que ganar implica una recompensa. La recompensa puede que simplemente sea el no tener un castigo.

Apuestas asimétricas: la recompensa, o en su defecto, el castigo puede ser asimétrico dependiendo de las probabilidades. Un buen jugador de Mario Kart puede que se enfrente a un castigo más intenso que un jugador mediocre porque es más probable que esa persona pierda. Las apuestas asimétricas también podrían usarse para reflejar las probabilidades de las apuestas de un partido de deporte o el resultado de una ceremonia de entrega de premios.







Castigos aleatorios: los castigos acordados se escriben en trozos de papel y se sacan de un sombrero cada vez que alguien pierda un juego de corta duración. Esta es una opción perfecta para los versátiles que no quieren experimentar una situación en plan todo o nada, o para las personas que no son capaces de comprometerse y aceptar el resultado obtenido.

Consecuencias en cascada: algunos castigos puede que lleven a recibir otro castigo si no se cumplen en su totalidad. Por ejemplo, después de perder un round de lucha libre, me obligaron a hacer una plancha durante tres minutos. Acordamos que, si no conseguía hacerlo, me darían azotes por cada segundo que me hubiese quedado por debajo de la marca de tres minutos.


Las apuestas solo funcionan si intentas dar el 100% para ganar. Si el castigo te llama tanto la atención que no vas a intentar ganar el juego, quizá ese ''castigo'' debería ser considerado una recompensa por la que luchas. Ni que decir tiene que el consentimiento que se da en una apuesta se puede revocar en cualquier momento. También, como se pueden incluir actividades no deseadas o en las que se puede traspasar tus límites, es muy importante elegir una contraseña de seguridad.

¿En qué situaciones te apostarías algo? ¿Qué arriesgarías para conseguir una recompensa potencial? ¡Me encantaría conocer las ideas que se os pasan por la cabeza!


***Si quieres compartir una experiencia fetichista o morbosa en un artículo de usuario, envía tus ideas o un primer borrador a: social@recon.com

Compartir