BOXERDADDY: EL GOLPE

BOXERDADDY: EL GOLPE

de Noticias Recon

19 octubre 2020

BOXERDADDY es escritor y fetichista, vive en Nueva York, y es el autor de ''The Puglist: Erotic Boxing Adventures'' y de ''The Puglist: Other Erotic Boxing Tales''. Boxerdaddy también es uno de los fundadores de ONYX* (Nueva York/Noreste de EE.UU.). En este artículo comparte con nosotros uno de sus relatos eróticos centrados en el mundo del boxeo:

¡PAM! ¡PAM!
¡PAM! ¡PAM! ¡PAM! ¡PAM!
¡PAM! ¡PAM! ¡PAM!


¡JODER! ¡Los golpes que me está metiendo me están dejando la cara hecha un puto cuadro y parece que no soy capaz de apartarme! Estoy intentando mover la cabeza, pero es como si me pesase 20 kg. Me intento quitar y apartar, pero es como si lo hiciese a la velocidad de una tortuga en comparación con la velocidad de su puño. ¿Cómo es posible? Yo pensaba que iba a poder ponerme a darle golpes y a controlar toda la situación, pero me ha ganado en velocidad y me está dando una buena. Da igual el ángulo que intente tomar, el tío está ahí un segundo antes de mí. En el mundo del boxeo, un segundo es tan largo como toda una vida.

¡PAM! ¡PAM!
¡PAM! ¡PAM! ¡PAM!
¡PAM! ¡PAM!


¡Mierda! Solo con el puño izquierdo que es como un pistón y me está dejando la nariz lista, pero también el derecho, que es como dinamita explotándome en toda la barbilla. Estoy alerta, pero me está dando una buena paliza como si nada. Es como si tuviese las manos y los brazos atados.

Me echo hacia atrás y mantengo la distancia, pero su golpe doble me alcanza antes de que pueda poner algo de distancia entre los dos.

Es como si pudiese alcanzarme siempre, da igual en qué parte del ring esté y no me atrevo a acercarme mucho a las cuerdas. NO me va a dejar KO esta noche. Debería habérmelo pensado dos veces antes de decidir quedar con él en su gimnasio después de cerrar. Pero qué mejor forma de humillar a un hombre que dándole una paliza en su propio territorio, donde entrena. Aunque parece que soy yo el que se va a llevar una buena.

Su mirada se intensifica aún más y justo cuando me doy cuenta de que algo no va bien, una combinación certera de golpes me da en toda la cabeza: doble izquierdazo, un golpe de derecha a izquierda, derecha – izquierda en el cuerpo seguido de un gancho con la izquierda que me deja hecho polvo. Me tambaleo un poco al intentar entender qué es lo que me acaba de golpear y en ese momento, otros dos puñetazos en la cara me dejan aún más grogui.

¡PAM! ¡PAM!

¡AU! ¡¿Otra vez esos golpes?!

Esta vez uso las rodillas y me agacho esquivando su izquierdazo, pero estoy demasiado lejos para contraatacar. Bueno, así me alejo del peligro. Sonríe y con dificultad consigo subir la mano derecha a tiempo para bloquear el gancho que me quiere meter con la izquierda.

¡DING! ¡DING!

No quiero admitirlo pero estoy agradecido de que se termine el asalto. Intento no tambalearme al ir hacia mi esquina del ring y darme por vencido. Una vez que llego allí, casi se me escapa la botella de agua, pero al final siento como si me renovase al tragar ese líquido, por unos momentos. Al otro lado del ring él estaba en su esquina observando cada uno de mis movimientos, como si estuviese escaneando mi alma para encontrar todos mis puntos vulnerables. Solo está sudando un poco, como si el primer asalto hubiese sido solo el calentamiento. Es inquietante.

¡DING!

¡Joder! ¿Ya se ha acabado el descanso?

Atravesó el ring en un instante y se puso a darme. Amaga un derechazo y me mete tres golpes seguidos en la barbilla.

¡PAM! ¡PAM! ¡PAM!

Ahora está girando los puños y noto que tiene hasta más fuerza. No me gusta un pelo. Le ataco con una tunda de puñetazos, pero me los bloquea todos. Es como si supiese qué es lo que voy a hacer. Después, sonríe y se calienta los puños antes de propinarme otro golpe. No desaprovecho la oportunidad y me lanzo dándole unos buenos derechazos con todas mis fuerzas. Me bloquea unos cuantos, pero le consigo meter alguno también. Le logro dar con un gancho rápido que le ha pillado con la guardia baja y le doy en la cabeza, siento el impacto hasta el codo. Veo como me mira fijamente y ni me entero del gancho que me encaja en toda la barbilla haciendo que mi cuerpo se estire hacia arriba. Al volver a caer, me da un izquierdazo en la mandíbula desplazándola justo un microsegundo antes de que el resto de mi cabeza siga esa trayectoria. Encajo otros dos golpes secos en el estómago como dos dardos de acero, y el dolor se empieza a expandir. Antes de que mi mente se dé cuenta de lo que ha pasado, un izquierdazo-derechazo aterriza en mi barbilla y en mi pecho, y los oídos me empiezan a pitar.

¡PAM! ¡PAM!
¡PAM! ¡PAM! BAM!
¡PAM! ¡PAM!


Intento concentrarme, pero sus puños son aún más rápidos que antes. Intento estar en guardia, pero no sirve de nada.

¡PAM! ¡PAM!
¡PAM! ¡PAM! ¡PAM!
¡PAM! ¡PAM!


Me da otro festival de golpes en la cara y el mundo parece ir a cámara lenta. Puedo ver cómo flexiona cada uno de los vigorosos músculos de sus brazos y de sus hombros cuando sus puños se van acercando a mi mandíbula. Sus músculos se ponen aún más duros cuando empieza a darme golpes en el estómago. Quiero que pare de darme puñetazos, pero mis manos o son demasiado lentas o simplemente no responden a las órdenes que les doy. Siempre llego dos o tres segundos después de él. Ya puestos, que me trate como su saco de boxeo.

¡PAM! ¡PAM!

¡PLAF!


Cambia de postura y me mete un doble derechazo que me deja ciego. Ni me entero de cuando empieza a moverse para meterme otro izquierdazo en el plexo solar. Lo único que sé es que no me puedo ni mover, mucho menos respirar. Da medio paso hacia atrás y vuelve a su posición mientras les estoy ordenando a mis músculos que hagan algo, pero es como quien oye llover. Sigo mirando toda la escena a cámara lenta mientras me da un puñetazo en la cara con una exactitud impresionante, como una bola de derribo de edificios. Todo empieza a girar a mi alrededor y veo alucinaciones del ring y de la sala mientras pierdo y recobro la conciencia.

Me encuentro con otro derechazo y otro izquierdazo en la barbilla que hacen que la cabeza se me mueva como un péndulo. Por un momento me pregunto qué es lo que me consigue mantener en pie, mientras tanto me da otro puñetazo en la barbilla y me empotra el protector bucal en el fondo de la boca. Me empieza a dar vueltas la cabeza, mi cuerpo le empieza a seguir y siento cómo mis pies se separan del suelo. Antes de poder aterrizar, me como las cuerdas del ring y veo que se apagan las luces.

Me despierto en medio de un pequeño charco de sangre y saliva y no veo nada por el ojo izquierdo. Probablemente voy a tener un ojo morado durante dos semanas por lo menos, después de que baje la hinchazón. Con el ojo derecho consigo ver sus zapatillas de la talla 46, está de pie sonriendo maliciosamente.

"Buen asalto. Cuando quieras venir a por más, ya sabes dónde estoy."

* ONYX es una organización que apoya la diversidad étnica y racial dentro de la comunidad de cuero gay. Desde hace más de 24 años, esta organización ha trabajado para empoderar a los hombres gay de color y a sus aliados proporcionando educación sobre la comunidad, las prácticas seguras y la historia de la misma.

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