CÓMPLICES FETICHISTAS: Romance y cinta adhesiva

CÓMPLICES FETICHISTAS: Romance y cinta adhesiva

de Noticias Recon

24 febrero 2021

Por Fawkink

"Voy a trasformar este lunes en mi propia zorra"

Una descripción perfecta. El hombre de la foto se lleva la mano cubierta por un guante a la cara, una sombra de barba rubia rodea una boca entreabierta con pasión, los ojos quedan casi escondidos tras la visera de una gran gorra muir clavada hasta la frente, un collar estrecho y elegante de cuero atado alrededor del cuello. Para una página de contactos convencional, es difícil no darse cuenta de que ese tío ha decidido mostrarse al mundo a través del morbo de un versátil afeminado al que le gusta el cuero, y de la dulce inocencia de una sonrisa de oreja a oreja de los personajes del Magic Kingdom de Orlando. No puedo evitar echar los dados a la suerte cósmica y enviarle un mensaje.

Soy uno de esos tipos afortunados que no solo ha encontrado una pareja tan fetichista como yo, sino que además le encontré a través de una de esas páginas de contactos convencionales, nos gustamos desde la primera cita, y con el tiempo fuimos descubriendo lo mucho que nos gustaba el rollo rubber y todo lo que tenga que ver con atar con cuerdas. Teniendo en cuenta que es muy común leer en los perfiles varias versiones diferentes de ''estoy buscando a mi príncipe azul'', la búsqueda de pareja en Recon y en otras webs similares más ''inocentes'' se puede convertir en un objetivo difícil de conseguir para muchos fetichistas. Mi propia versión de esa expresión era: "Quedar está bien, si nos hacemos amigos mejor, cualquier otra cosa que pueda pasar será un plus."

He tenido bastantes citas y parejas convencionales y el hecho de mencionar los aspectos más normales del fetichismo no tiene grandes consecuencias, a veces te hacen preguntas, y a veces hasta se toman la conversación con ganas. Sin embargo, hablar de morbos más específicos, es un campo de minas. ¿Te reservas la conversación sobre ese fetichismo que consiste en que te traten como un orinal para la tercera cita? ¿Cuándo sacas el tema de conversación de los retos para ponerte el aparato de castidad durante el Locktober? ¿Cómo le explicas los juegos de pup a alguien al que le gusten los gatos?

La segunda vez que quedé con un tío, cuando estábamos esperando a que nos trajesen la comida en un restaurante, le enseñé un par de fotos. Luego, me pidió ver más cosas y le enseñé un vídeo de cómo me lo había montado en mi ultima sesión. El vídeo era de cuando visité a un amigo mío, era imposible identificarme bajo las innumerables capas de cinta adhesiva de color gris, excepto en la boca, en la boca tenía un falo, que estaba siendo introducido con fuerza por parte de una máquina que no aparecía en la grabación, como un pistón, dentro y fuera de mi boca complaciente. Esperé a ver si se quedaba asqueado, confuso, indiferente o alucinando. Pero lo único que hizo fue sonreír, y gruñó afirmando e indicando una excitación mutua.

La química sexual es importante, aunque ni sea suficiente como para mantener a flote una relación solo con eso, ni sea algo que siga igual de fresco en el polvo número mil que en el primero. Entonces, ¿qué pasa cuando llevas un tiempo con esa persona y te sigues sintiendo atraído por él, pero su interés por el fetichismo es limitado o inexistente, y además, en esa situación el hecho de contarle tus fetichismos y la comunicación no son suficientes? Al menos algunos de los hombres a los que he dominado y que me han sometido a lo largo de los años ahora no son más que cuadrados vacíos en mis listas de amigos, que han desactivado sus perfiles al haber encontrado el amor fuera de la comunidad fetichista.

Al igual que las historias de "ser ligero de cascos" que se ven en la literatura romántica, me pregunto si hay gente que eche de menos cuando tenían 20 años. Navegando por la vida con su naturaleza de sumisos a través de una serie de encuentros, creyendo que todo caerá por su propio peso hasta acabar reduciéndose a unas prácticas sexuales más normativas, hasta acabar apoltronándose en la combinación de matrimonio e hipoteca. Dejar tu fetichismo quizás es solo posible, o al menos, no doloroso, para aquellos que lo consideren un experimento de corta duración en vez de un estilo de vida. Es mucho mas difícil tirar todo un armario lleno de rubber, o la equipación de una mazmorra, y aún es mucho más difícil deshacerte de las conexiones sociales construidas a lo largo de años y años de amistad. Cuanto más hayas invertido, mayor será el esfuerzo que la pareja con la que estés haya tenido que hacer.

Ese esfuerzo puede ser participación entusiasta, o la aceptación a medias tintas junto con un modelo consensuado de no-monogamia. En lo que a mí respecta, el hecho de abrirme un poco y contárselo a mi pareja es aceptar que la idea de esa compatibilidad perfecta es, en el mejor de los casos, una fantasía juvenil, y en el peor de los casos, un paso hacia atrás en la construcción de una relación satisfactoria y sana. Puede que los polos opuestos se atraigan, pero es casi imposible encontrar a alguien que tenga el mismo fetichismo que tú, y que además sea el rol correcto para complementarse contigo en lo relacionado con la dominación y la sumisión. Además, de esto, se debe compartir una serie de objetivos perfectamente alineados, intereses, ideales y creencias, por no hablar de la capacidad para soportar la presión profesional, financiera o social que hay en todas las relaciones. Tiene que haber una solución intermedia que os vaya bien a los dos entre nuestro derecho a disfrutar del placer y formar parte de la comunidad, en equilibrio con lo que le debemos a la persona que vamos a ver todas las noches en casa, y cómo vamos a poder gestionar los extremos de aburrimiento y de motivación.

Una relación sexual buena, incluso una relación sexual extraordinaria no garantiza tener una buena relación. Es fácil quedar cegado por el brillo de la compatibilidad sexual, se corre el riesgo de ignorar los elementos que pueden hacer que una relación seria sea sólida. Al igual que muchas otras redes sociales, se ven perfiles aquí que muestran imágenes perfectas de la felicidad marital y sexual pueden resultar algo a lo que queremos aspirar, y algo que no se puede conseguir – con frecuencia lo que hace que dos almas compatibles se encuentren es la suerte, e incluso con la suerte de tu lado, eso no hace que desaparezcan de forma mágica el esfuerzo necesario que hace falta para que la conexión sea duradera en el tiempo. Al igual que el aprendizaje de un nuevo idioma, o el perfeccionamiento de una habilidad complicada, hasta la relación más bonita y morbosa que exista necesita horas de práctica normal y corriente.

Como tengo un punto de vista limitado por mi experiencia personal, no puedo hablar de cómo es la experiencia de aquellos que tienen relaciones poliamorosas, o la de los que tienen dinámicas de poder impuestas – mi pareja y yo somos versátiles, y cualquier tipo de juegos de intercambio de poder que nos montemos termina siempre al quitarnos las esposas. Tampoco puedo entender al cien por cien la experiencia de una persona bi fetichista que esté buscando el amor y una conexión con alguien. Pero este tipo de compromiso, no tan bien conocido, en el que solo negocias los términos de tu relación con esa persona, pero en el que a la vez aceptas los límites de tus propios sueños y fantasías, descubres la comodidad de lo cotidiano, todo eso sin dejar que tu propia felicidad y tu crecimiento personal se conviertan en las cuestiones secundarias – no es un desafío que solo tenga yo.

Recuerdo cuando le dije a mi pareja por primera vez que le amaba. Con el subidón aún en el cuerpo de una sesión de sexo en rubber, ya nos habíamos duchado y yo me había sentado en su cama con mi ropa interior de algodón puesta. Él estaba sentado en el suelo, con los ojos mirando fijamente un espejo pequeño que colgaba sobre una mesa pequeña que tenía delante, con la luz suave de la habitación iluminando las gotas de sudor que escurrían por su frente, mientras se concentraba en la tarea de quitarse las lentillas. Sin mirarme, en el momento menos especial, se lo dije.

Rebobinemos unos cuantos años hacia adelante, ahora estoy escribiendo estas palabras a la luz de una lámpara, mientras él trabaja afanoso en un proyecto complicado que requiere que se quede trabajando hasta tarde. Voy a prepararle un té Earl Grey para él y otro para mí, voy a meter al horno unas galletas veganas con pepitas de chocolate, y me pondré a hacer playback en silencio para animarle de vez en cuando. Me sonreirá, y con los ojos cansados se acercará para darme un abrazo.

Y mañana, le convertiré en mi zorra.

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