Problemas fetichistas #18: Paseo de la (sin) vergüenza

Problemas fetichistas #18: Paseo de la (sin) vergüenza

de Noticias Recon

26 mayo 2020

La historia de los percances fetichistas del usuario de Recon Bowtiesubguy

Cuando vivía en San Francisco, exploré absolutamente todos los fetichismos posibles :). Esta es mi historieta de percances favorita:

Estaba muy emocionado porque iba a ir a mi primera fiesta BDSM, que organizaba una vez al mes un fotógrafo conocido. Sus fiestas eran legendarias, y después de unas cuantas sesiones BDSM con él, ¡por fin me invitó a una de sus fiestas! En esa época también había descubierto que la mayoría de los fetichismos que tenía relacionados con el BDSM eran mucho más divertidos cuando llevaba puesto un traje y una corbata.

Coincidió que mi primera fiesta era en el día de mi cumpleaños, y aunque el traje y la corbata no eran el código de ropa normal para estas fiestas, logré convencer al anfitrión no solo de que me dejara vestirme así para ir a la fiesta, sino que también le convencí de que me dejase ser el orinal vestido de traje en la fiesta. En el flyer que había creado él hasta se mencionaba que yo iba a esta en su fiesta ''desnudo''.

Llegué pronto y le ayudé a organizarlo todo, y justo antes de que los invitados llegasen, me metí en su bañera. Me vendó los ojos, me abrió la bragueta de los pantalones, y me ató los tobillos a las pelotas con un nudo hecho con una soga de yuta que picaba. Me sentí genial al estar inmovilizado y al ser incapaz de moverme.

Los invitados empezaron a llegar y rápidamente, empezaron a ir al baño. En seguida acabé calado.

Después de un par de horas, mi posición ya no era cómoda, pero había decidido que iba a estar ahí hasta el final de la fiesta. Una cosa en la que ni el anfitrión y yo habíamos pensado era el tipo de cuerda que empleó — la soga de yuta se encoge cuando está mojada.

Empecé a dejar de sentir las muñecas y los tobillos, y al final le tuve que decir a uno de los invitados que avisase al anfitrión. Intentó desatarme, pero la cuerda anudada se había fusionado donde había hecho los nudos. Tuvo que cortarla para liberarme.

No me podía quedar en la fiesta. Estaba escurriendo y no había traído ropa para cambiarme.

Otra cosa en la que no pensamos fue en cómo iba a salir de su casa, que estaba totalmente cubierta de moqueta, sin dejarlo todo hecho un asco. El anfitrión tuvo que pedir a sus invitados que dejasen libre un pasillo para que yo pudiese pasar rápidamente cojeando debido a que no sentía los tobillos, y de esta forma me fui de su casa.

Una vez que estaba fuera, cuando empecé a sentir las piernas, decidí volver a casa a pie. Hacía una noche preciosa y con una temperatura perfecta, y yo ya sabía que en San Francisco todo el mundo pasa de ti y de lo que hayas estado haciendo.

A medio de camino antes de llegar a casa, entré en un Burger King. Aún estaba mojado, pero era un traje oscuro y ya no estaba escurriendo por lo que pensé que nadie se daría cuenta. Esperé a que me dieran mi pedido al lado de dos agentes de policía que me miraron brevemente pero no dijeron nada. No estaba borracho ni colocado y no estaba armándola. Bueno, y era San Francisco.

El camino a casa era unos 45 minutos. Caminé desde Mission, a través de SOMA, del Civic Center, del Tenderloin, hasta la parte baja de Nob Hill, y me crucé con decenas o cientos de personas.

Un par de calles antes de llegar a mi piso, me di cuenta de que casi ya no me hormigueaban las piernas. De repente sentí una ligera brisa...en la zona de la bragueta.

Eché un vistazo y me di cuenta de que después de irme de la fiesta corriendo, no me había metido en los pantalones ni la polla ni las pelotas, que eran blancas como la nieve y estaban perfectamente afeitadas.

No podía entender cómo nadie me había dicho nada, después de toda la gente que me había visto, incluidos dos policías. Casi me muero de la vergüenza...durante unos 5 minutos.

La. Mejor. Noche. De. Mi. Vida.


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