RACE BANNON: A la conquista del Mineshaft

RACE BANNON: A la conquista del Mineshaft

de Noticias Recon

25 septiembre 2020

Race Bannon alias PigMaster4PigSlave ha sido organizador, escritor, educador, ponente y activista del movimiento LGBT, del mundo de cuero/morboso, del poliamor y defensor de la protección contra el VIH/ETS y de los tratamientos desde 1973. En este artículo nos habla de su primer encuentro en el famoso club de sexo Mineshaft de Nueva York.

Era 1978. Tenía 24 años y vivía en Nueva York. Me acababa de mudar para proseguir con la siguiente fase de mi carrera como actor y bailarín.

Como había sido fetichista desde la primera vez que me aventuré y entré en el bar de cuero de Chicago que se llamaba Gold Coast a principios de los años 70, no pude menos que visitar el famoso club de sexo Mineshaft la primera noche que llegué a mi nueva ciudad.

Deje las maletas en mi nuevo piso, me cambié y me puse la ropa de ir a hacer cruising por la noche y me fui a aquella institución de sexo legendaria.

Fue difícil encontrar el club. No había ningún cartel para indicar la entrada, pero unos amigos me habían descrito el camino y sabía cómo encontrarlo. Estaba en el Meat Packing District. Por la noche era una zona chunga, lo cual que hacía que esa localización fuese aún más perfecta para un club de sexo.

Subí por las escaleras de la entrada y vi al portero. Me saludó diciendo firmemente "¿Estás seguro de que sabes dónde estás?" No fue una sorpresa del todo oír eso. Se decía que ese club tenía la reputación de no dejar entrar a los que ellos no consideraban que tuviesen una estética de cuero suficientemente buena.

En ese momento, era joven e iba afeitado. Estaba en Nueva York para trabajar como bailarín. Se prefería a los hombres que no tuviesen vello facial como norma. Sin mi bigote de siempre, parecía bastante joven, y tenía un aspecto bastante diferente al de los hombres que consiguieron pasar el rasero del portero del Mineshaft.

Durante 30 minutos el portero me dijo que no me iba a dejar entrar. Le conté lo morboso que era yo, que había ido a los bares de cuero más famosos del mundo. Finalmente, cedió.

Era verano y hacía calor. Lo primero que hice fue ir a la planta de abajo, me quité la camiseta y me desabroché los botones de la bragueta de los vaqueros para dejar a la vista mi jock, y me lancé a ese océano de hombres que se estaban moviendo eróticamente al ritmo de la música que salía de los altavoces.

En unos minutos se me acercó un hombre guapo, me miró de arriba a abajo y me dijo, ''¿quieres llevarme a tu casa y darme una paliza?" Me quedé de piedra. quizá fue la vez que alguien ha ligado conmigo de la forma más directa en toda mi vida, sobre todo por el rollo fetichista. Le dije que no porque en ese momento la excitación por explorar ese club tan famoso le ganaba al aliciente de poder darle una paliza a un hombre tan sexy. Me dio su tarjeta. Recuerdo que era el vicepresidente de un canal de televisión importante. No le llamé nunca.

Fui hasta la bañera de meos en la que estaba esperando un hombre muy potente. Me saqué la polla haciéndole saber que estaba listo para empezar, pero entonces vino un tiarrón cachas y con bigote y me dejó claro que no querían mis meos. Me metí la polla en el pantalón y seguí explorando.

A pesar de haber estado yendo desde hacía años a los bares de cuero, me sentí fuera de lugar. No cuadraba dentro de ese club, pero la tensión erótica y el calor que había en ese sitio eran demasiado fuertes como para dejarlo pasar. Seguí dándome una vuelta. Pocos tíos se interesaron por mí.

Por fin, un tío que estaba en un sling, con las piernas abiertas, miró hacia donde estaba yo y me hizo una señal para que fuese hacia allá. Ya tenía el culo dilatado y usado, lleno de Crisco, pero quería que le diesen más. Me unté el brazo y se lo metí entero.

Una hora más tarde el portero se estaba dando una vuelta por el club y me vio de pie al lado del sling, con el brazo dentro del culo de aquel tío, casi hasta el codo. El portero se me acercó y me susurró "parece que sabes dónde estás" y me sonrió.

Después de darle una buena sesión al tío del sling, continué explorando el resto del club. Me seguía sintiendo fuera de lugar. Yo tenía un aspecto mucho más joven que la mayoría de los tíos que estaban allí. No llevaba puesto nada de los looks fetichistas que la mayoría llevaba. No llevaba ni el típico bigote que llevábamos todos en los gays años 70 como clones.

La sesión de fisting fue la única conexión que tuve esa noche. Me sentí como pez fuera del agua, no obstante sabía que ese era el sitio exacto donde tenía que estar. Esa era mi gente. Ese era mi clan. Ese era mi sitio. Me puse la camisa y me fui a casa.

El portero del club se sintió mal por haberse puesto borde conmigo antes. No me volvió a cobrar la entrada para entrar en el club. Varios años después acabó siendo el portero de otro bar de cuero en la zona de Los Ángeles en la que yo vivía y nos echamos unas buenas risas por lo del Mineshaft.

Fui al Mineshaft muchas veces. Conforme iba yendo más veces, encontraba a más tíos con los que conecté. Se convirtió en mi principal coto de caza. Exploré más morbos. Me empezaron a aceptar y me convertí en miembro del mundo de cuero.

Entonces, ¿por qué m este he puesto a hablar de esta parte de la historia en sí?

Como alguien que se ha metido en el reino del cuero de joven, la gente me subestimaba a menudo. Aunque tuviese más experiencia y mejores habilidades que otros miembros más mayores, a veces me relegaban a las cosas más marginales de los grupos de hombres de cuero con los que me moría de ganas de interactuar. Lo que no ayudó a esa situación es que normalmente me gustasen los hombres más mayores que yo.

Perseveré. Con el paso del tiempo, me probé a mí mismo de que pasta estaba hecho. Al final me aceptaron. No ocurrió rápidamente. En le mundo gay normal me fue bien sexual y socialmente porque era joven, pero mi juventud representaba un obstáculo para mis exploraciones fetichistas.

Es algo normal oír hablar a la gente de lo difícil que es descifrar el código que te permite entrar el mundo fetichista. Los hombres jóvenes son compartimentalizados a menudo con una serie de suposiciones que no son exactas. A los nuevos, independientemente de la edad, se les suele juzgar como si no valiesen la pena lo suficiente como para prestarles atención. Aquellos que no encajan con un cierto molde físico idealizado puede que sean ignorados. Los hombres de color tienen que afrontar el obstáculo del racismo sistémico o en su propia cara.

Mucha gente está ahora luchando para entender mejor la necesidad de mayor inclusión y diversidad en todos los caminos de la vida. El mundo fetichista no es ajeno a esto. Está claro que, nuestras sexualidades individuales están atraídas por lo que están atraídas, pero como subcultura colectiva, debemos hacer que nuestros locales, nuestros eventos y nuestros círculos sociales sean más acogedores para todos. Tuve los privilegios de ser blanco y bastante atractivo, y tenía un cuerpo entrenado de bailarín. De todas formas, me costó que me aceptasen al principio. No soy capaz de darme cuenta completamente de los obstáculos más grandes a los que otros se han tenido que enfrentar.

Si te ves pasando una situación difícil al intentar entrar en cualquier mundo morboso en el que quieras entrar, sigue insistiendo. Que no te quiten la idea de la vida erótica que te mereces. No va a ser siempre fácil. Te van a rechazar. Incluso aunque nuestro mundo se esté convirtiendo en un espacio cada vez más acogedor y menos discriminatorio, siempre va a haber desafíos. Encontrarás a las personas que son capaces de ver la belleza que ya tienes. Hay gente que sabe acoger y que te va a recibir con los brazos abiertos, de forma individual y en grupo.

No te des por vencido. Tu presencia es necesaria. Tu ser erótico se merece que lo expreses plenamente. Todos los hombres gay que acatan el comportamiento decente y de consenso se merecen un lugar en la mesa fetichista. Intentemos hacer espacio en esa mesa mientras animamos a todos los hombres gay que quieran ser unos de nosotros a que lo sean. De esa forma seremos todos mejores.

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