RACE BANNON: Cómo convertirnos en mejores fetichistas gracias a un mentor

RACE BANNON: Cómo convertirnos en mejores fetichistas gracias a un mentor

de Noticias Recon

21 agosto 2020

Race Bannon alias PigMaster4PigSlave ha sido organizador, escritor, educador, portavoz y activista en el mundo LGBT, cuero/fetichista, en el poliamor y en la prevención y el tratamiento del VIH/ETS desde 1973. En este primer artículo de una nueva serie, nos habla de cómo convertirnos en mejores fetichistas gracias a un mentor.

Hace poco estuve en el festival Mid-Atlantic Leather (MAL) de Washington, DC. Me lo pasé muy bien. Miles de hombres fetichistas procedentes de todo el país y de todas las partes del mundo pasándoselo en grande, follando, jugando, asistiendo a eventos y conociendo a otros tíos con el mismo rollo que ellos. Un desmadre.

Cuando estaba hablando con unos amigos una de esas noches en el vestíbulo del hotel anfitrión del MAL que tiene un bar fetichista y en plan cuero ese fin de semana, me sorprendió que tantos de esos tíos, novatos y experimentados, hubiesen venido ahí a nuestro evento gracias a los consejos de algún mentor.

La función de ser mentor no es un proceso misterioso. Un mentor simplemente es alguien que guía, enseña o presta ayuda a una persona menos experimentada. El concepto de mentor ha sido una parte integral de la comunidad fetichista y leather desde el conocimiento de las manifestaciones modernas del fetichismo organizado.

En esos primeros días, ser mentor era básicamente la única opción de navegar y aprender algo sobre el mundo fetichista. Los hombres que eran nuevos en este mundo del fetichismo a menudo conectaban orgánicamente con alguien con más experiencia que les ayudaba en su entrada y con la navegación dentro de nuestra subcultura sexual que básicamente era clandestina y underground.

Mis propias incursiones iniciales en el mundo del cuero estuvieron mezcladas con una serie de hombres que amablemente me enseñaron de qué iba todo esto. Desde la primera vez que acabé yendo de forma accidental a un bar leather hasta mi evolución actual como aventurero fetichista y sexual, ha habido muchos hombres en mi vida a los que consideraría mentores, aunque ninguno de ellos lo fuese oficialmente.

En la actualidad, parece que con frecuencia vamos siempre en busca de una educación en plan formal y de colegio para proporcionar el saber que habríamos obtenido de forma más personal e íntima gracias a un mentor. Aunque la educación fetichista es algo bueno, quizás hemos empezado a confiar demasiado en ella, lo cual empobrece la experiencia que van teniendo los novatos. No creo que haya ningún remplazo que se pueda comparar con un mentor dentro de la educación basada en lo que se aprende en las aulas. Las relaciones personales proporcionan un aprendizaje y un apoyo tan especial que no se puede replicar en una clase.

Lo que es interesante es que todo el mundo puede ser mentor. Todos nosotros conocemos un poco más o tenemos más experiencia con algún aspecto del mundo fetichista que otros. Por eso, tengo cuidado al encumbrar a alguien como experto en el mundo leather, fetichista o lo que sea. Todos somos expertos en algo. Incluso la experiencia fuera del terreno inmediato del fetichismo puede enriquecer nuestras vidas fetichistas con ideas profundas (filosofía, psicología, habilidades en comunicación, etc).

No creo que vaya a haber un reemplazo para esa relación de mentor personal que se forma natural y orgánicamente entre dos hombres, pero creo que podemos aprender algunas cosas de los programas de mentores más formalizados que se pueden incorporar en las propias situaciones en las que somos mentores.

Le he hecho un par de preguntas sobre su opinión acerca del hecho de ser mentor a Richard Sprott, psicólogo de investigación y de temas de desarrollo personal, y que junto con Patrick Mulcahey fundó el famoso programa de mentores organizado con la ayuda del San Francisco Leathermen's Discussion Group (LDG). No voy a modificar las palabras de Sprott porque pienso que ofrece una sabiduría muy valiosa sobre ser mentor que se puede trasferir fácilmente a cómo manejamos esas relaciones que todos tenemos.

"El hecho de ser mentor funciona muy bien cuando el mentor está dispuesto a compartir sus experiencias en cuanto a su estilo de vida – está dispuesto a invitar a la otra persona a pasar tiempo juntos, a asistir a eventos juntos, cuando la otra persona experimenta lo que es la comunidad junto a su mentor."

"Es importante saber cuándo una persona necesita un mentor, en contraposición a un apoyo más profesional para gestionar las dificultades emocionales, los problemas de las relaciones, los desafíos de la salud mental o del comportamiento, en especial los relacionados con el consumo descontrolado de drogas/sexo."

"Un mentor no es un consejero. Un mentor no es una forma de conseguir solucionar algo como si fuese parte del sistema de salud. Ser mentor es apadrinar el crecimiento personal positivo de la persona."

"Ser mentor trata de facilitar esas conexiones, de abrir puertas y de convertirse en un lugar para preguntar, reflexionar y explorar con alguien al que le importa tu crecimiento personal."

"Ser mentor funciona bien cuando la otra persona expone claramente sus objetivos – qué es lo que quiere aprender, qué quiere hacer. Es difícil para el mentor tratar con alguien que no tiene una idea de dónde quiere llegar."

"Ser mentor no consiste en tener un romance o en sexo, sino que es una relación íntima, especialmente si estás siendo mentor en el mundo del fetichismo."

"Ser mentor trata de las relaciones, de la finalidad, de la identidad y del significado. No se trata de técnicas. Eso se puede aprender en un libro, en un vídeo o en una clase, o en tu propia experimentación personal."

Teniendo en cuenta todo eso, lo que hace que una relación de mentor tenga éxito varía según los chicos que estén involucrados. Puedes aprender mucho de los hombres con los que te lo montas siempre que no malinterpretes la información, ya que puede que te ciegue el hecho de mantener una relación sexual con esa persona. No es imprescindible organizar un encuentro en plan mentor formal para que sea una buena sesión de crecimiento personal. Simplemente pídele consejo a alguien que respetes. Eso es ser mentor. ¿Tienes más experiencia que un novato que acabas de conocer y te hace un par de preguntas? Eso es ser mentor. No solo hay una forma de ser un buen mentor.

Mi amiga y estimada autora fetichista, Laura Antoniou, escribió hace poco sobre este tipo de relaciones. Expresó su convencimiento de que la cualidad principal que se necesita para ser un buen mentor es un ''sincero interés en crear una relación sin motivos egoístas. Sin esperar tener una relación sexual o romántica, no para cazar a alguien furtivamente, ni para proyectar tus propios problemas hacia otra persona, ni para impresionar a alguien o fardar delante de otra persona''.

Voy a resumir lo que creo que hacer surgir una buena situación de mentor – una relación de afecto en la que la persona más experimentada lo único que quiere es el mejor resultado para la persona a la que está guiando.

También hay un elefante en la habitación que a menudo destruye una buena relación de mentor – el ego y los aires de superioridad. Ese fardar al que alude Antoniou. El dejar en evidencia a otros por expresar su auténtico yo fetichista. La competitividad en todas y cada una de sus formas. Nuestro ambiente lamentablemente a menudo es bastante competitivo ya sea por los concursos reales, por los montajes de mazmorra un poco teatrales, o por una compartimentalización de tíos existente en un sistema de clases fetichistas encubierto. Todo eso son estupideces en lo que se refiere a aprender y a crecer. Evítalo y evita a la gente que promociona esas cosas.

Intentemos ayudarnos los unos a los otros. Intentemos todos ser buenos mentores, aunque sea de forma discreta, para que los que nos rodean puedan sacar su mejor yo fetichista. Si tienes una situación de mentor en plan más formal, hazlo de forma honrosa y con tus mejores intenciones. Normalmente todo sale bien si lo haces así.

Race Bannon alias PigMaster4PigSlave en Recon ha sido organizador, escritor, educador y portavoz y activista en el ámbito LBGT, del cuero, en el mundo del poliamor y de la protección y el tratamiento contra el VIH/ETD desde 1973. Ha escrito dos libros, que han sido ampliamente publicados, ha hablado a cientos de foros, ha creado el servicio médico y de psicoterapia más grande del mundo y que incluye el fetichismo, fue el líder del The DSM Project que dio como resultado un cambio beneficioso en la forma en la que el mundo de la psicoterapia americana consideraba el BDSM, ha fundado una editorial de libros sobre sexualidad alternativa, ha organizado programas de radio online de entrevistas sobre sexo, ha recibido premios a nivel nacional y local, y ha aparecido en numerosos documentales. En la actualidad también escribe en el Bay Area Reporter y en su blog.

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