RELEER - OPINIÓN DE USUARIO: Fetichismo y antifascismo

RELEER - OPINIÓN DE USUARIO: Fetichismo y antifascismo

de Noticias Recon

08 agosto 2023

Por DogBoiBailey


La política raras veces es el tema de conversación entre amigos fetichistas. A menudo, los morbosos llevan una vida fetichista para escapar de las banalidades y de la realidad decepcionante de la existencia real, incluida la política. Quizá penséis, ''¿que puñetas tiene que ver el fascismo con lo que haga en la cama?'' o '' ¿cómo puede ser esto relevante para mí y para mi vida en el mundo fetichista?''. algunos de los eventos recientes como el Brexit, el mandato de Trump y la gestión de la pandemia nos han mostrado a todos cómo afecta la política y las decisiones políticas a nuestras libertades, nuestros derechos y nuestras protecciones. El resurgimiento del fascismo europeo junto con la precampaña antes de las elecciones en Francia ha provocado que este sea el momento más decisivo y vital para explorar el fascismo de forma crítica y su vínculo complejo con la historia y las realidades actuales de nuestra comunidad. Además de tener esta conversación de forma abierta, no debemos dejar de reconocer cómo parece que nos han mantenido adormecidos desde el punto de vista político y qué es lo que podemos hacer al respecto.

Es importante mencionar que ''fetichista'' no es lo mismo que LGBTQ+, no obstante, muchos fetichistas (sobre todo los usuarios de Recon) se identifican dentro del espectro LGBTQ+. El fetichismo trasciende sin problemas las fronteras de la ''raza'', de las clases sociales, de la orientación sexual de la identidad de género y de la edad. Por esa razón nuestra fuerza reside en nuestra diversidad colectiva de experiencias, conocimientos y perspectivas.

No lo pensamos muy a menudo, pero de muchas maneras, el vínculo entre el fetichismo y el fascismo no es algo sorprendente. Estas dos realidades comparten varias características ideológicas y situacionales, que se pueden clasificar en tres categorías.

En primer lugar, y quizá lo más superficial, a la vez que lo más obvio, es la estética. La fetichización de los uniformes, en particular los militares, es la personalización de todo esto; basta con echar un vistazo a un libro de Tom of Finland. Su fascinación y la nueva función de los uniformes de los oficiales nazis de las SS ha sido algo controvertido, e incluso ha llevado a una sub-fetichización de la ropa militar del Tercer Reich. La estética más moderna de los skinheads tiene paralelismos innegables con la de los nacionalistas blancos y los movimientos neonazis de Europa y Norteamérica. De hecho, algunas fiestas fetichistas queer han limitado o prohibido los uniformes que tengan símbolos nacionalistas o insignias militares debido a ese vínculo incómodo.

Algunos defienden que hay hipótesis y una cierta base detrás del atractivo de la estética. Los chicos con los que he hablado llevan ropa militar para sentirse masculinos. Mientras que otros, en el pasado se han apropiado de estas prendas como forma de protesta debido a la exclusión de los hombres gay a la hora de alistarse en el ejército. Los moteros y los hombres a los que les pone el cuero hablan de la protección histórica que les han dado ciertos uniformes o estilos de ropa; un intento de mimetizarse con los que son hostiles contra nosotros y nuestra homosexualidad. A algunos les gusta el tabú de la iconografía nazi, mientras que a otros les atraen los individuos que nos odian (y nos exterminaron de forma rutinaria); una especie de "fetichismo del miedo". En vez de la fantasía del abusón del cole que en realidad es gay o del buenorro de la clase forzándote a hacer ciertas cosas en el vestuario, se trata de un skinhead o alguien con un uniforme de las SS.

La ideología es la segunda categoría, algunos conceptos del fetichismo tienen sus raíces y parte de su historia oscura en los fascistas y sus ideólogos. Algunos de esos puntos en común son la hipermasculinidad y su glorificación, la importancia del ímpetu en las dinámicas de intercambio de poder, una jerarquía establecida sobre las bases de género/edad/clase/raza, centrada en la dominación y subordinación a través del control. Estos temas nos llevan a la tercera y última categoría: las prácticas. Los actos de degradación, deshumanización, humillación, violencia y emasculación se han usado como una de las herramientas del kit fascista para victimizar, controlar o destruir a sus oponentes. Una diferencia importante en el mundo del fetichismo es que estas ideas y prácticas se llevan a cabo entre adultos que dan su consentimiento con el objetivo de obtener una gratificación (sexual o de otro tipo), y están acompañadas de un respeto mutuo y de una definición previa de los límites, intenciones y riesgos (o al menos, ¡eso es lo que creo que deberíamos hacer!).

Estos conceptos estéticos, ideológicos y prácticos están muy presentes en el mundo fetichista, y algunos de ellos son considerados como problemáticos por determinadas personas, mientras que otros piensan directamente que sí que son aceptables. Esto NO quiere decir que este vínculo sugiera que el fetichismo sea una forma conductora de las ideas fascistas, o una especie de participación en el fascismo. Pero esas correlaciones existen y no deben ser ignoradas, especialmente en el clima político como el que tenemos a día de hoy. El hecho de que tendamos a aceptar estas ideas y prácticas en un ambiente determinado puede que nos lleve a ignorarlas, justificarlas o aceptarlas inconscientemente (con diferentes grados de intensidad) en otros contextos. Desde el punto de vista de una persona que, como yo, ha investigado y publicado obras sobre la radicalización y las rutas que llevan al extremismo (en mi vida no fetichista), diría que esta realidad aún no estudiada y relacionada con la fetichización y el fascismo merece una investigación y un análisis más profundo.

En estos momentos, puede que te estés preguntando ''pero ¿cómo puedo yo, como simple persona fetichista, ayudar en la lucha contra el fascismo?'' Aquí tienes tres puntos con los que comenzar:

Lo primero que puedes hacer es educarte en lo referente a lo que es el fascismo (¡y lo que no es!), el aspecto que tiene, y qué tipo de mensajes lanza. Investiga lo que están haciendo las organizaciones locales y nacionales para detener a la extrema derecha en tu comunidad. Parece obvio, pero la educación y la participación se debe priorizar si nos tomamos en serio el ascenso de estas ideologías.

La segunda iniciativa que puedes tomar es encontrar, recaudar fondos y apoyar las redes solidarias y activistas. Por ejemplo, las organizaciones, las fundaciones benéficas y los colectivos que promueven el movimiento antirracista, y que apoyan y defienden a los sintecho, a los inmigrantes indocumentados, a las personas trans, a los trabajadores sexuales y a las personas que viven con el VIH. La comunidad LGBTQ+ conoce bien el activismo político. No hace mucho que estos activistas organizaban sentadas en las que fingían estar muertos para aumentar la visibilidad y para hacer presión y provocar que los gobiernos actuasen para detener las muertes provocadas por el VIH. La comunidad fetichista, en particular las comunidades de cuero y la comunidad de lesbianas se involucraron de lleno para apoyar a los ciudadanos de San Francisco en los años 80 y a principios de los 90. De forma similar, en el Reino Unido, el apoyo de los gays y las lesbianas a los mineros y sus familias fue determinante durante las huelgas y las protestas contra el gobierno de Thatcher. El hecho de defender, de protestar y de apoyar con solidaridad conforma el tipo de personas que somos (o al menos conformaba cómo éramos).

La mejor respuesta al fascismo y la división es la solidaridad entre comunidades y la participación política. Infórmate de las posiciones de los políticos, las causas por las que votan y sus declaraciones públicas, y vota en consecuencia en las elecciones. Nuestras voces son más fuertes cuando están unidas, al igual que nuestros votos.

En tercer lugar, sé ''ese tipo persona'', no tengas miedo y no te avergüences de mencionar temas políticos en tu círculo fetichista (y/o en tu círculo social más amplio), señala los puntos de vista y los comentarios que sean polémicos o casi ofensivos; aparezcan donde aparezcan. Sin embargo, hay un momento y un lugar correcto para llevar a cabo ese debate, y hay que tener cuidado al llamar a alguien fascista, a menudo es un comentario contraproducente. Elige el camino más difícil y sé ese tipo de persona que es simplemente mejor.

No hay duda de que las cosas han mejorado si comparamos la actualidad con la oscuridad de la década de los años 80, sin embargo, nuestra comunidad se enfrenta a unos desafíos diferentes a día de hoy. Desde el año 2000, nuestra lucha parece que ha sido secuestrada para exportar una versión de la homosexualidad ''aceptable, pacífica y consumista'' desprovista de cualquier tipo de fetichismo, amaneramiento, y por supuesto, nada de política. Basta con fijarse en el mes de junio, el mes del Orgullo, y ver cómo las empresas utilizan nuestra lucha por la igualdad para hacer caja mientras se muestran ''conscientes y concienciadas''. Las pancartas podrían decir '' ¡Se ha acabado la lucha, tenemos PreP, el matrimonio homosexual y un jock con la bandera del arco iris!'. Ojalá, cariño, ojalá. La cosa es que, el hecho de cubrirlo todo con la bandera del arco iris hace que el activismo y la rebelión y el enfrentamiento contra los problemas sociales sea aún más difícil. Las celebraciones del orgullo eran y son una protesta, pero no seguirá siendo así si no ponemos la política otra vez en la ''agenda gay''.

La pacificación de nuestras políticas no es solo una decisión personal o algo que nos impongan las celebraciones del Orgullo controladas por las empresas. Algunas organizaciones fetichistas deciden tener una postura apolítica; su justificación es que quieren ser tan inclusivos como sea posible para que todo el mundo se sienta aceptado para participar. A algunas de esas organizaciones que se han registrado como organizaciones benéficas se les exige que sean apolíticas para recibir apoyo/asistencia del gobierno. Aunque esas decisiones sean válidas y comprensibles en ese contexto, también pienso que esas decisiones son una especie de rendición en lo que se refiere a nuestra responsabilidad para combatir a las fuerzas políticas amenazantes. Es decepcionante y hacen que algunos no se sientan representados por esas organizaciones. Es un equilibrio difícil de conseguir y la verdad es que no hay respuestas correctas o incorrectas. Tengo en gran estima el ejemplo de ActUp Paris, no solo hablan del VIH, hablan de política y se involucran en otras causas, campañas y problemas sociales. Incluyen mensajes antirracistas y antifascistas en sus legendarios carteles con forma de triángulo rosa. Fascisme = Mort (Fascismo = Muerte). Esta es la intrasolidaridad a la que deberíamos aspirar como verdadero estándar en nuestra comunidad. Nadie es libre hasta que todo seamos libres.

La ola de tolerancia y aceptación, en lo que se refiere a opinión y política públicas en los últimos años, ha desembocado en una apatía creciente y a una despolitización profunda entre algunos miembros de nuestra comunidad. Los votantes franceses irán a las urnas en abril, en un contexto en el que la deriva hacia la derecha ha provocado que la campaña electoral esté muy dividida, de forma que la necesidad de volver a hablar del fascismo ha tomado fuerza y es urgente. La incompatibilidad del fascismo con los valores de nuestra comunidad y su estatus de amenaza frente a las libertades y la tolerancia que algunos de nosotros disfrutamos en Occidente (y que a menudo damos por descontado) debe estar en el centro de esas conversaciones. En este contexto, un grupo de gente fetichista de Francia, yo incluido, ha formado la asociación Fetichistas Unidos Contra el Fascismo (UFAF, en sus siglas en inglés). Es un proyecto que tiene como objetivo servir como herramienta y fuente de información para la comunidad fetichista en la lucha contra el fascismo en Francia y en el resto del mundo. Esta asociación quiere defender las razones por las que el antifascismo tiene un lugar válido y necesario en el movimiento fetichista, desde Berlín hasta San Francisco. Quiere volver a llenar de energía las políticas de nuestro mundo o al menos proporcionar un espacio para aquellos que quieran ser fetichistas y se quieran involucrar de forma activa en la política.

Por lo tanto, si somos capaces de organizarnos para hablar de cuánto nos gustan los calcetines de deporte y las zapas, seguro que también podemos encontrar un lugar en el que hablar de temas más relevantes aún.



"Las opiniones expresadas son mis opiniones personales, no las de Recon."

DogBoiBailey


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