YVAN IN THE DARKROOM: Y así es cómo me follé a mí mismo

YVAN IN THE DARKROOM: Y así es cómo me follé a mí mismo

de Noticias Recon

10 octubre 2020

Yvan, alias QueerYvan, es historiador sexual. En una serie de relatos, va a compartir con nosotros algunos de sus encuentros fetichistas favoritos (con todo lujo de detalles), además de ir informándonos de vez en cuando de la historia del fetichismo.
Para Ethan

Me dijo que quedásemos en la estación abandonada de Eltham justo antes del anochecer. Le estoy esperando en la luz que se está difuminando poco a poco, mirando hacia las vías del tren que ya no se usan, vías paralelas que desaparecen en el infinito, posicionándolo todo en una distancia relativa. Todos los ferrocarriles están clausurados ahora en el Bundjalung Country. Líneas rectas que no llevan a ninguna parte. Los puentes sobre los arroyos están silenciosos. Ni los trenes de mercancías ni los pasajeros molestan a los bosques ni a las tierras de labranza. Las ventanas de la estación están tapiadas con tablas. Hay hojas en el andén. Todo lo que se podía robar ha desaparecido; solo ha quedado un espacio vacío.

Oigo una voz llamarme detrás de mí. "Nos vemos en el edificio de los baños de hombres," me dice. Me giro y veo una forma vestida de cuero que se mete en el edificio. Cuando le alcanzo, está en uno de los cubículos, con la puerta cerrada. El de al lado está abierto, y me meto. Puedo ver algo de movimiento a través del glory hole de la pared. Me agacho al lado de la taza del váter, que está manchada de óxido de las cañerías viejas, no hay asiento, hay una rana verde escondida en el borde, y me pongo a mirar por el agujero. Lleva chaps de cuero, y un chaleco de cuero, no lleva camisa para cubrir su cuerpo peludo, y también lleva las botas negras grandes que me encanta que se ponga. Le veo ponerse el arnés por encima del jockstrap, ajustando las hebillas, preparándome la polla del arnés.

"¿Lo reconoces?" Me pregunta desde el otro lado de la pared. "Es el molde que hice de tu polla."

No puedo dejar de mirarlo. Se lo toco a través del agujero; estoy acostumbrado a tenerlo en la mano. Mi propia polla en el cuerpo de otra persona, hecho de otra sustancia. No está caliente ni cambia de forma, como mi polla, que está hecha de carne, sino que tiene el mismo tamaño todo el tiempo, está dura y tiene un tacto de silicona al tocarlo. Pajearlo es algo que me resulta familiar y a la vez nuevo, con saliva en la palma de la mano, y pasándome los dedos como lo haría con mi propia polla. Abro la boca y me pongo cerca del agujero esperando a poder poner mis labios sobre el molde, bien abierta como si estuviese esperando algún sacramento, una especie de comunión. Me lo mete despacio, dejando que me acostumbre, pero yo no retrocedo ni un centímetro. Estoy farfullando algo, como una de esas bocas que han farfullado algo a mi alrededor en el pasado cuando me la han chupado, hasta que llego al final del molde, y mi cara toca su arnés. El cuero huele a sexo, y ligeramente a poppers. Me imagino cuántos culos han estado apretados con fuerza contra él. Me folla la cara así, con cuidado, escuchando cómo me atraganto, mirando mi barba alrededor del molde de mí mismo.

"Ven aquí y chupa. Chúpate tu propia polla", me dice después de un rato. "Quiero verte de cerca."

Estoy de rodillas en su cubículo, mi saliva escurre por su polla. Me la desliza fácilmente hasta la garganta. No me atraganto – me han metido juguetes más grandes que este. En vez de atragantarme, me empieza a poner la sensación de chupar una polla gemela a la mía. Me lo mete hasta el fondo, pasado el esófago, hasta la parte donde la garganta se pone dura detrás de la lengua. Me agarra la cara, con los pulgares dentro de la boca, golpeándome la cara con su estómago peludo. Veo que le pone todo esto – puedo oler como le sale el líquido preseminal a través del jockstrap, testosterona pura inundándome las ventanas de la nariz. Me gusta el olor de su cuerpo cuando estoy así de cerca, ahogado con su sexo, intoxicado con lo que me hace.

Me pone la cabeza contra la pared, para poder apretar bien y metérmela hasta el fondo mientras no me puedo mover yo, respirando, farfullando un poco, sorbiendo un poco. Estoy agachado, con los pantalones vaqueros abiertos, con mi polla en la mano, siguiendo los movimientos de forma precisa, acariciándome la polla mientras me folla la cara, siento el mismo capullo en los dedos y en la boca, la misma longitud. Estoy babeando por la boca, y tengo los dedos llenos de líquido preseminal en la otra mano. Sigo pajeándome así, sin dejarme llegar al orgasmo, subiendo la tensión hasta que él decide dejarme descansar.

"Vale, agáchate," dice. "quiero follarte con tu propia polla, para que sientas las mismas sensaciones que les has provocado a los demás."

Me da la vuelta y me pone contra la pared, y abre un agujero en mis pantalones cortos, y después lo hace más grande, dejando al aire mi culo peludo. Tiene una lengua gruesa y me la mete, me come el culo con toda la pasión con la que me besa. Estoy gimiendo, desesperado. Me está follando el ojete con la lengua, llevándome al borde de mi primer orgasmo, y soy tan guarro que quiero sentir ese orgasmo cuanto antes. Pero, desde luego, me hace esperar y le deseo aún más por hacerme esperar. Pone sus brazos alrededor de mi cintura, me cambia de postura para poder sodomizarme mejor. Hace que me agache sobre la taza del váter roto, me abre el culo, y espera hasta ver la sensación del capullo de su polla – mi polla – para empujarlo y metérmelo por el ojete.

El lubricante está frío mientras me lo pasa por el ojete. No me mete los dedos para dilatarme y prepararme; estoy tan cachondo que no lo necesito. Quiero que me duela, si hace falta. Se cubre la polla – mi polla – con el lubricante, pajeándola como me pajea a mí, viendo cuánto me excita verle al girar la cabeza, justo cuando se ríe burlonamente a través de su poblada barba y me dice que me lo meta. Pone el capullo justo a la entrada de mi ojete, y yo empiezo a mover las caderas, metiéndomela dentro de mi cuerpo, dejando que el ritmo de mis movimientos me haga llegar hasta el final directamente. Estoy gimiendo. ¿Tendrán tanto placer los demás cuando tienen mi polla en sus culos? Me lo pregunto por todos los tíos a los que me he follado, pero en ese momento me coge las manos y me las pone contra la pared por detrás del váter. "No te muevas," me dice. "Te voy a follar como me dé la gana."

Me agarra las caderas con sus manos fuertes, y me empieza a follar. Su estómago rozándome la parte inferior de la espalda; sus manos tiran de mí hacia su polla mientras él empuja hacia adelante. Me folla justo hasta cuando puede que me empiece a doler y mis gemidos le indican cuánto me está gustando. Me sigo moviendo, buscando el ángulo perfecto para que su polla me dé en la próstata. Me folla con fuerza y durante mucho tiempo. Me está escurriendo el líquido preseminal de la polla a borbotones transparentes como el cristal. Cada vez que me corro, varias veces, me folla con más fuerza, golpeándome el ojete mientras me la mete con más fuerza aún. Tenso los músculos del culo alrededor de su polla y después exploto, una y otra vez, perdiéndome en la sensación de tener mi propia polla dentro de mí, hasta las pelotas. Cuando me la saca y me toca el culo, siento cómo me lo ha dejado de abierto. Al volvérmela a meter, es como si su polla fuese el centro de mi universo.

Rodea mi pene erecto con sus dedos y me empieza a follar más despacio. Mi culo está tan sensible que el más delicado de los movimientos me hace temblar de placer. Y después, con cuidado, dándole énfasis a cada movimiento, me folla al ritmo de los movimientos que está haciendo al pajearme. Siento mi polla por fuera y por dentro de mi cuerpo, multiplicando mi placer por dos. Mi cuerpo está apretado contra él, sintiendo su cuerpo grande contra mi silueta pequeña, oliendo su cuero y mi sudor, en una mezcla que se me sube a la cabeza. Los dos estamos mirando sus dedos alrededor de mi polla. Me está susurrando algo al oído, diciéndome cómo siente mi polla moverse cuando me la agarra. Me estoy balanceando otra vez sobre su polla – mi polla – nuestra polla. Me está llevando hasta el final y luego para hasta que me pongo a temblar y a murmurar y a gemir y entonces me dice que me corra. Empieza a mover sus dedos un poco más deprisa, no me puedo controlar más, y lanzo unos chorretones de semen al váter y me pasa sus dedos gruesos, mi culo haciendo presión sobre la base de la polla de silicona que ha hecho y con la que me ha follado. Cuando me lo saca, mi ojete está temblando. Me empiezo a tocar, sintiendo las suaves capas de piel de mi ojete, abriéndomelo para que lo pueda probar él. Me lo lame otra vez, me mete la lengua profundamente, lo suficiente como para darme un último orgasmo antes de decirme que me vaya y le espere en el coche.

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